miércoles, 18 de mayo de 2011

Fue cerca de la casa de Ailín y Lu

Ayer me encontré un ford ka justo a la altura de la calle
que me estaba muriendo de frío
necesitaba irme rápido a casa
una hora en el ene uno,
y luego la caminata de esas cuadras
desiertas en las últimas horas
de Argüello
qué bueno hubiese sido en ese momento ser la dueña
de ese auto chiquito con un llavero de Disney
volver a las dos de la mañana, total, no espero colectivo
Tenía las llaves en mis manos.
El auto que nada me decía sobre su dueño o dueña.
Esperé una hora y media, antes de retirarme
dejé un cartelito
Encontré la llave de este auto. Llame al.
Luego vino una suave lluvia de un invierno anticipado
Llegué a casa muy tarde con sueño y tos.
Si, sonó el teléfono casi a las tres de la madrugada,
Desesperada una voz me dice que tengo su llave
Que cuándo puede verme, una agitada jovencita del interior.
Le pregunto por cuestiones de seguridad cómo es el llavero.
Hoy se lo entrego, me abraza me dice que
qué bueno que no me llevé su auto
y se va.
Ayer me encontré una minificción agradecida y desprotegida
Las tos continúa , la lluvia no borró los números, hoy realizo
El mismo trayecto, caminando. Y pienso que por lo menos debería aprender a manejar esas cuatro ruedas.
Por último llamo a mi abuela para que juegue el número de la patente, 426, me dijo horas después, Celeste, no sacamos nada,
de modo que no podré comprarme un fordka
ni la posibilidad de volver
a las calles de tierra a las dos de la mañana

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