jueves, 13 de diciembre de 2012

cuando dibujo tu cara, no le hago la nariz, no me sale, pero yo siento que ella me huele, cuando dibujo tu cuello, tus dedos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Dentro de cada labio que se pronuncia/ hay transparencias de ventanas sintiendo de a poco la curiosidad/ de ser humanas./ Y pensar un poema distinto al que te espantaba anoche./ Te pregunto si es así, si dentro de cada labio/ algo palpita./ Si solo hay voces con honores desprolijos/ Si solo hay bocas inconexas que nunca han de morder el borde/ de un poema distinto./ Dentro de cada labio que se pronuncia/ está la posibilidad de un beso desordenado para muchos veranos,/ Pero no es así./ Y te pregunto, si dentro de cada labio, es así.

domingo, 20 de mayo de 2012

(Al bebé que me acarició la mano bellaba su rostro, en el colectivo, en el domingo.)

De dos dientes se armaba su miel sonrisa para lo único que de cierto tuvo el día. El niño que me dio la mano ¿qué nombre habrá llevado? El mundo aún no le ha dicho que su ánimo, que su pelo lacio, que su caricia; transparencia y dignidades. El mundo no le ha dicho nada, el teje y contagia a baile y juego, al aire a besos.

domingo, 11 de marzo de 2012

son de otoño

(a mi amigo Matiago)

La noche. Puede ser.
Si. O tal vez.
Un reastrojero azul lleno de cantantes españolas,
una mano de arena,
una puerta que no duda,
un cuaderno gloria con 48 soles dibujados,
por vos.
La noche puede ser lo que vos quieras
un misterio,
una bondad,
un susurrus,

te quiero.

viernes, 2 de marzo de 2012

El vientre.

Todo hoy se concentra allí
desde donde surgen

un intérprete del cariño
una especie de anticipo a la vida.

Nutrir

hay inestabilidad amarilla
desde donde surgen

Los soñadores de nubes,
Las tarjetas postales

toco tu frente,
en el cemento afectan las hojas
su intenso agotamiento.

Esperar

con esta tijera ubico en otro hilo
desde donde surgen

mariposas sospechosas
porque sonríen,
anticipando el amor.

viernes, 17 de febrero de 2012

Ocho de febrero

El día que partió el flaco,
Audrey tautou visitaba el museo del Che en Alta Gracia, Córdoba.
Mi tío Antonio González cumplía 44 años
y le hicieron una fiesta sorpresa, ahora sonríe más.
La Mar y yo visitábamos la radio Tinku en traslasierras; el Ale, la Dani y el Adrián, la convertían en un espacio de amistad, lucha y mucho arte.
El día que murió el flaco,
el Seba que compone canciones bellahadas
y vende galletitas artesanales, se entera,
se estremece y sigue cantando
con el color Spinetto en sus ojos,
mientras su pequeña niña, duerme,
como un ángel,
como un acorde,
que no morirá.