Estaba viendo
una ventana
venía con canciones,
un reloj blanco, las velas torcidas,
una cuchara goteaba esperanza.
En la panza un ardor de días de cuarenta y dos grados,
dentro de los deseos, eso. Un fuego.
Es demasiado,
en diciembre los deseos
se usan para las publicidades navideñas
entonces nada que ver,
no estábamos en el mismo poema.
me ha gustaaoo
ResponderEliminar:)
abrazo
también me gustó este, che
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