De dos dientes se armaba su miel sonrisa
para lo único que de cierto tuvo el día.
El niño que me dio la mano
¿qué nombre habrá llevado?
El mundo aún no le ha dicho
que su ánimo,
que su pelo lacio,
que su caricia;
transparencia y dignidades.
El mundo no le ha dicho nada,
el teje y contagia
a baile y juego,
al aire a besos.